Elegir el tipo de suelo adecuado puede ser una tarea complicada, sobre todo si se trata de suelos de exterior como el suelo composite y el suelo de madera.
En este artículo vamos a ver las características, usos y ventajas de cada tipo de suelo, para que puedas entender bien sus principales diferencias y las distintas aplicaciones de cada uno, que te ayudarán a tomar una buena decisión.
Características y usos del suelo de madera
Las principales características de este suelo son:
- Apariencia natural. La madera ofrece una estética natural inigualable, con distintas gamas de colores y texturas. Cada tabla de madera es única, por lo que aporta un estilo rústico y único al espacio en el que la instalas.
- Calidez. La madera es cálida al tacto, por lo que es ideal para crear un ambiente acogedor tanto en suelo de interior como en exteriores.
- Variedad de opciones. Según la especie de madera, como el roble o el nogal, puedes aportar distintas características en términos de fuerza, color y dureza.
- Sostenibilidad. Es una opción ecológica a la hora de elegir tu suelo, ya que la madera es un recurso renovable si se obtiene de bosques sostenibles. Además, se puede reciclar y reutilizar.
- Mantenimiento. El mantenimiento de la madera requiere cierto mantenimiento, como la aplicación de aceites protectores o sellado, de manera que resista al cambio de temperaturas y clima y conserve su apariencia natural sin desgastarse.
Algunos usos que se le pueden dar a la madera es la colocación en terrazas, patios, áreas de piscinas y porches, ya que ofrecen un aspecto natural y elegante, integrándose como un elemento más en el entorno; si bien es cierto que hay que elegir bien el tipo de material para que resista a la humedad.
Suelo composite: ventajas y aplicaciones
El suelo de composite, por su parte, cuenta con estas características:
- Resistencia. A diferencia de la madera natural, el suelo de composite es extremadamente duradero y resistencia a la intemperie y la humedad por su composición de fibras de madera y polímeros plásticos, por lo que no requiere de especial cuidado.
- Fácil mantenimiento. El composite no necesita de sellado, pintado ni aceitado para reforzar su material. Su limpieza también es sencilla, ya que con una limpieza superficial de forma regular es suficiente.
- Apariencia uniforme. El material imita a la madera natural, aunque la apariencia de distintas formas de la madera no la presenta: hay variedad de colores pero la apariencia es idéntica en todas sus piezas.
- Sostenibilidad. Algunos materiales de la tarima o baldosas de composite están hechos de materiales reciclados.
- Instalación sencilla. Los sistemas de instalación del composite son relativamente sencillos, con sistemas como clips de fijación, que agilizan el proceso de montaje.
Como ocurre con el suelo de madera natural, el composite se puede poner en terrazas, patios, pasarelas, jardines, parques, áreas recreativas o entornos de piscina, ya que el material no se pudre ni se deteriora con la exposición continua a la intemperie, humedad o agua.
Las principales diferencias entre suelo de madera y composite
Una vez hemos visto las características de cada suelo, vamos a repasar y profundizar en las principales diferencias de la madera y el composite.
La primera de ellas es su apariencia estética, ya que mientras que la madera cuenta con la estética natural de su material, que puede variar con el tiempo; el composite tiene una apariencia uniforme con imitación a madera, sin las variaciones naturales que algunas personas prefieren.
Como habrás intuido, el mantenimiento del composite es menor que el de la madera. Al composite le basta con una limpieza ocasional, sin productos abrasivos ni fuertes, mientras que la madera requiere sellado y aceitado si quieres que conserve su apariencia.
La diferencia más notable es la durabilidad y la resistencia del tipo de suelo: mientras que la madera puede sufrir los desgastes del clima, la humedad o los insectos si no se mantiene adecuadamente; el composite es totalmente resistente a todos estos factores sin necesidad de tratamientos especiales, solo por la composición de su material.
Por último, te hablamos de la diferencia de coste de los materiales. A priori puede parecer que la madera natural tiene un coste más bajo que el composite, pero a medida que tienes que mantener el estado de la madera para evitar su desgaste, puedes tener costes más altos a largo plazo. Sin embargo, el composite presenta costes más altos al inicio, pero a largo plazo sus gastos son significativamente menores.
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Como hemos visto, la elección entre suelo de composite y suelo de madera depende de tus prioridades y preferencias personales. Si buscas una estética natural y estás dispuesto a invertir tiempo y esfuerzo en el mantenimiento, la madera sería tu opción.
Por otra parte, si prefieres una instalación duradera en el tiempo, que sea resistente y de bajo mantenimiento, sin duda deberías decantarte por el suelo composite.
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